No existen dos diamantes idénticos
Al igual que la huella dactilar, cada diamante tiene características que lo hacen único e irrepetible. Los diamantes vienen en diversas formas, tamaños, colores y diferencias internas.
Los diamantes toman miles de millones de años en formarse, bajo unas condiciones de presión y temperatura que sólo pueden existir a más de 200 km de profundidad por debajo de la superficie terrestre.
Siendo el diamante, al igual que el grafito compuesto únicamente por átomos de carbono, es su estructura cristalina única la que le confiere sus excepcionales propiedades físicas y ópticas, responsables de una exuberante belleza, siendo una de las gemas más preciadas por el hombre.
Para determinar la calidad y el valor de los diamantes, se evalúan cuatro características, a través de las 4C, sistema de clasificación mundialmente reconocido desarrollado por el Gemological Institute Of America GIA: Cut (corte o tallado), Clarity (claridad o pureza), Color y Carat Weight (peso en quilates).
Todos los diamantes pulidos son valiosos, basados en la combinación de estos cuatro factores, que usados en conjunto, describen la calidad de un diamante y determinan su valor.